El desconocido que escribió la más tierna, conocida y popular canción en yiddish
Pregúntele a cualquier veterano amante del Yiddish, cuál es la canción Yiddish más popular y conocida y la respuesta será invariablemente la
misma : “Oifn pripetchik” , o sea “en el hornillo” una referencia a un sistema muy elemental de calefacción en los hogares de los judíos en Europa Oriental en el siglo XIX. Si sigue preguntando, es muy probable que su referente cante el principio de la canción y recuerde la primera estrofa : “En el hornillo arde un fuego y en la habitación hace calor.
Y el rabino les enseña a niños pequeños el Alef-Beiz (alfabeto hebreo)…”
Es posible que algún memorioso recuerde también las siguientes estrofas que evocan la educación religiosa elemental que recibieron los niños judíos en la Europa Oriental en los siglos anteriores a la modernidad.
Pero las cosas se complican si pregunta quién fue el autor de la letra y la música. Es difícil que alguien conozca la respuesta. Sin embargo, no se trata de una canción popular anónima. Tiene su autor : se llamó Mark Warshawsky (1848-1907) y fue un poeta y compositor popular nacido en Odessa, que estudió leyes en las universidades de Odessa y Kiev (hoy Ucrania, entonces parte del imperio ruso). Warshawsky vivió de la abogacía, que practicó primero en Odessa y entre 1903 y 1905 en Bélgica.
Warshawsky no le dio mayor importancia a su “hobby” que practicaba cantando sus canciones con acompañamiento de piano en reuniones de amigos. Esto cambió en 1890 cuando lo escuchó Sholem Aleijem. El gran escritor y humorista judío recuerda en estos términos el encuentro: “Después de escuchar sus canciones simplemente lo abracé y besé y luego le dije : “Bandido!!! ¿ Porqué no publicaste esas canciones? Si yo no supiera que son tuyas juraría que las escuché cantadas por mi madre”.
Más tarde, con la colaboración plena de Sholem Aleijem (Solomon Naumovich Rabinovich), Warshawsky publicó su primera colección de canciones populares en Yiddish con un prólogo del gran escritor. El cancionero fue republicado en Odessa (1914) en Nueva York (1948) y en Buenos Aires (1958). Warshawsky, que volvió a su Odessa natal, cuando se enfermó en Bélgica en 1905 y falleció allí en 1907. No alcanzó a ver los grandes cambios que se producirían en el viejo imperio ruso, una década más tarde. Tampoco alcanzó a disfrutar la popularidad que alcanzó una de sus modestas canciones que exalta con ternura y sin sentido crítico, la vida judía en el “viejo hogar”.